miércoles, 1 de enero de 2014

Relacionan los niveles de colesterol bueno y malo con el riesgo de padecer Alzheimer

(SACRAMENTO, Calif.) 
Los niveles altos de colesterol “bueno” y niveles bajos de colesterol “malo” tienen correlación con un menor depósito de placas amiloides en el cerebro que se sabe está asociado al mal de Alzheimer, ya que siguen un patrón que refleja la asociación entre el colesterol bueno y el malo en las cardiopatías, según un estudio realizado por investigadores del Centro de la Enfermedad de Alzheimer de UC Davis.
Bruce Reed Bruce Reed
“Nuestro estudio muestra que los niveles altos de colesterol HDL (bueno) y los niveles bajos de colesterol  LDL (malo) se correlacionan con niveles más bajos de amiloides en el cerebro”, afirmó Bruce Reed, autor principal del estudio y director asociado del Centro de la Enfermedad de Alzheimer.
Hace tiempo que se conoce la relación que existe entre tener el colesterol elevado y un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer, pero este estudio fue el primero en asociar directamente el colesterol con los depósitos de amiloides en los seres humanos, agregó.
 “Los patrones de colesterol fuera del rango saludable pueden ser una causa directa del aumento del nivel de amiloides, unas placas que se caracterizan por contribuir al mal de Alzheimer, del mismo modo que estos patrones contribuyen a las enfermedades cardíacas”.

El estudio: “Associations Between Serum Cholesterol Levels and Cerebral Amyloidosis” (Asociaciones entre los niveles de colesterol sérico y la amiloidosis cerebral) aparece publicado en Internet hoy en la revista JAMA Neurology.
Charles DeCarli, director del Centro de la Enfermedad de Alzheimer y uno de los autores del estudio, afirmó que es un llamado de atención que muestra que, así como la gente puede influir sobre su cerebro en la etapa avanzada de su vida controlando su presión arterial para reducir las lesiones vasculares, pueden hacer lo mismo si controlan el colesterol.
“Si tienes un LDL superior a 100 o un HDL menor a 40, aunque estés tomando estatinas, debes asegurarte de corregir esas cifras”, aclaró DeCarli. “Debes subir el HDL y bajar el LDL”.
Este estudio se realizó en 74 hombres y mujeres distintos de más de 70 años reclutados de las clínicas de ACV de California, grupos de apoyo, residencias de ancianos y el Centro de la Enfermedad de Alzheimer. Participaron tres personas con demencia leve, 33 personas cognitivamente normales y 38 con impedimento cognitivo leve.
Los niveles de placas amiloides de los participantes se obtuvieron utilizando un trazador que se une a las placas amiloides y obteniendo imágenes de sus cerebros mediante tomografías. Los niveles más altos de LDL y niveles más bajos de HDL se asociaron a una mayor presencia de amiloides en el cerebro, y es la primera vez que se asocia directamente las fracciones de colesterol en sangre con los depósitos de amiloides en el cerebro durante la vida. Los investigadores no estudiaron el mecanismo mediante el cual el colesterol favorece la formación de amiloides.
Las recientes pautas elaboradas por el American College of Cardiology en asociación con la American Heart Association y el National Heart, Lung, and Blood Institute han sugerido abandonar las pautas sobre metas de LDL. Reed afirmó que la recomendación puede ser un caso en el que el refrán  “lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro” no se aplica.
“Los resultados de este estudio muestran que hay motivos para continuar con el tratamiento del colesterol en la gente que presenta pérdida de memoria”, independientemente de los inconvenientes relacionados con la salud cardíaca, afirmó.
“También sugiere un método para bajar los niveles de amiloides en las personas de mediana edad, cuando comienza a producirse dicho depósito”, agregó Reed. “Si el hecho de modificar los niveles de colesterol en el cerebro en una etapa temprana de la vida sirve para reducir los depósitos de placas amiloides a una edad más avanzada, podríamos marcar una gran diferencia para reducir la prevalencia del mal de Alzheimer, una meta que demanda una enorme cantidad de investigación y un gran esfuerzo de desarrollo farmacológico”.
Los otros autores del estudio fueron Sylvia Villeneuve y William Jagust de UC Berkeley y Wendy Mack y Helena C. Chui de Universidad del Sur de California.
La investigación se financió a través de las becas P01 AG12435, AG034570 y P30 AG10129 del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento. Villeneuve recibe ayuda de los Canadian Institutes of Health.
Centro de la Enfermedad de Alzheimer de UC Davis
El Centro de la Enfermedad de Alzheimer de UC Davis es uno de sólo 27 centros de investigación designados por los Institutos Nacionales del Instituto Nacional de Salud sobre el Envejecimiento. El objetivo del centro es traducir los avances de la investigación en mejores diagnósticos y tratamientos para pacientes, concentrándose al mismo tiempo en la meta de largo plazo de encontrar una forma de prevenir o curar la enfermedad de Alzheimer. También financiado por el estado de California, el centro les permite a los investigadores estudiar los efectos de la enfermedad en una población especialmente diversa. Para mayor información, visite alzheimer.ucdavis.edu.

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