martes, 30 de junio de 2015

El Alzheimer no puede con la música, las canciones favoritas nunca se olvidan

Un estudio de neurocientíficos del Instituto Max Planck, de Alemania, confirmó que muchos pacientes que sufren este tipo de deterioro cognitivo conservan sus recuerdos musicales aun en las fases más tardías de la enfermedad. Y explicó las razones de esa permanencia: la memoria de la música se guarda en áreas cerebrales diferentes a las de otros recuerdos.

      

Hay melodías que acompañan los momentos más importantes de la vida, son las que se sostienen a pesar del paso del tiempo. Y estudios científicos han demostrado que esa música autobiográfica, como algunos la llaman, es resistente al avance del Alzheimer, y que por esa razón, muchos pacientes conservan sus recuerdos musicales aun en las fases más tardías de la enfermedad, cuando la memoria y la mente se encuentran más afectadas. Ahora, según consignó Tiempo Argentino, otro estudio señala las razones de esa resistencia: los recuerdos musicales se alojan en áreas cerebrales diferentes a las de otros recuerdos.
Las preguntas que llevaron a los científicos europeos a avanzar en esta investigación fueron aquellas que cualquier persona puede formularse de manera intuitiva: ¿cómo se explica que muchos enfermos de Alzheimer no sepan su nombre, no reconozcan a sus hijos o no sepan dónde viven, y sin embargo logren reconocer la canción que los emocionó décadas atrás? ¿Cómo puede ser que algunos pacientes sean incapaces de articular una frase y, no obstante, sean capaces de tararear temas que triunfaron cuando ellos todavía podían recordar sin dificultad?
Con esos disparadores, un equipo de neurocientíficos del Instituto Max Planck de Neurociencia y Cognición Humana de la ciudad alemana de Leipzig realizó un doble experimento, cuyos resultados fueron publicados en la revista especializada Brain. Por un lado, buscaron qué zonas del cerebro se activan cuando oímos canciones, y por el otro, analizaron si en los enfermos de Alzheimer, estas áreas cerebrales presentan algún signo de atrofia o si, por el contrario, resisten mejor a la enfermedad.
Los aspectos cruciales de la memoria musical se procesan en áreas no asociadas con la memoria episódica, semántica o la autobiográfica.
El diseño del trabajo se basó en la hipótesis de que la experiencia de escuchar música es, para el cerebro, diferente a la de recordarla, y que en ambos procesos intervienen redes cerebrales distintas. Para localizar el espacio donde el cerebro guarda los recuerdos musicales, los investigadores hicieron escuchar a individuos sanos distintos cuarenta grupos de tres canciones, 120 en total. Cada trío estaba formado por un tema muy conocido entresacado de las listas de antiguos éxitos, música para bebés y música tradicional alemana. Las otras dos canciones eran similares a la primera, en tono, estilo, ritmo, pero se trataba de fracasos musicales, o temas desconocidos.
La actividad cerebral de los voluntarios fue registrada mediante la técnica de imagen por resonancia magnética funcional, y así los investigadores pudieron comprobar que la hipótesis era correcta: la música se aloja en zonas del cerebro diferentes de las áreas donde se guardan los otros recuerdos. En concreto, las zonas que mostraron mayor activación al rememorar las canciones fueron el giro cingulado anterior, situado en la zona media del cerebro, y el área motora presuplementaria, ubicada en el lóbulo frontal.
"Al menos, los aspectos cruciales de la memoria musical son procesados en áreas cerebrales que no son las que habitualmente se asocian con la memoria episódica, la semántica o la autobiográfica", explicó el neurocientífico y coautor del estudio, Jörn-Henrik Jacobsen, quien sin embargo pidió prudencia para extender esas conclusiones.
El reparo proviene, entre otras cosas, de las dificultades metodológicas de la segunda parte de la investigación, destinada a entender si las zonas donde se guarda la música se ven igual o menos afectadas por la enfermedad del olvido. Lo ideal hubiera sido poder estudiar la ubicación de los recuerdos musicales directamente en los enfermos de Alzheimer, pero una de las mayores dificultades para llevar eso a cabo es que muchos de ellos pueden recordar esas canciones, pero no son capaces de verbalizar ese recuerdo.
Los investigadores decidieron entonces estudiar a veinte pacientes con la enfermedad de Alzheimer y compararon sus resultados con los de otra treintena de individuos sanos, ambos grupos con una media de edad de 68 años. Querían cotejar en qué estado se encontraban las áreas musicales frente al resto del cerebro.
En el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad se usaron principalmente tres biomarcadores: el grado de deposición del péptido  beta amiloide, una molécula que tiende a acumularse formando placas en las fases iniciales de la enfermedad; la alteración del metabolismo de la glucosa en el cerebro; y por último, la atrofia cortical, un proceso natural que se manifiesta a medida que se envejece pero que en el paciente de Alzheimer se presenta más acentuado.
Las mediciones mostraron que los niveles de deposición de beta amiloide no presentaban grandes diferencias. Pero en las llamadas "áreas musicales" de los enfermos, el metabolismo de la glucosa entraba en los niveles normales y la atrofia cortical era hasta 50 veces menor que en otras zonas del cerebro. Para los investigadores del Max Planck, el hecho de que muestren un menor hipometabolismo y atrofia cortical en comparación con las otras zonas cerebrales significa que no se ven tan afectadas en el curso de la enfermedad.

Ritmos escogidos para estimular la emoción

La emoción es la puerta de entrada al recuerdo. O dicho de otro modo, los recuerdos que más perduran son los que están ligados a vivencias emocionales intensas. La música es uno de los elementos que más acceso tiene a esas emociones y, por lo tanto, a esos recuerdos. Con esas tres premisas, distintos centros de arte terapéuticos en el mundo apuestan a la música como forma de estimular a los pacientes que padecen de la enfermedad de Alzheimer.
Uno de los proyectos que mejores frutos está presentando es "Música para despertar", una propuesta creada dos años atrás por un grupo de especialistas españoles de la ciudad de Granada. Cada día, los jóvenes voluntarios diseñan la terapia más adecuada para cada paciente y escogen cuidadosamente las canciones y el momento en que deben ser escuchadas. El objetivo es no sólo acabar con la agresividad y el nerviosismo característicos de este tipo de enfermedades, sino lograr que mantengan la atención. En su sitio web se pueden observar los logros que se consiguen a través de videos que muestran la reacción de los pacientes de la enfermedad ante la escucha de su historia musical.

lunes, 29 de junio de 2015

Estudian cerebros sanos en riesgo de Alzheimer


La placa pegajosa recibe la mayor atención, pero ahora personas mayores sanas con riesgo de alzheimer permiten a los científicos escanear sus cerebros para ver si hay otro malhechor oculto en las sombras. 

Resultado de imagen de CEREBRO HUMANO  PERSONA MAYORNadie conoce la causa real de alzheimer, pero hay dos sospechosos principales: el pegajoso amiloide en las placas cerebrales o marañas de una proteína llamada “tau” que ataponan las células moribundas. Nuevos métodos para obtener imágenes capaces de descubrir esas marañas en los cerebros vivos permiten por fin comprender la causa de la demencia.
Ahora los investigadores agregan el escaneo en busca de “tau” como parte de un estudio para determinar si una droga experimental ayudaría a personas sanas pero con factores de riesgo. Sea eficaz o no el medicamento, es el primer estudio que permite a los científicos rastrear la acumulación de los señaladores característicos del alzheimer en adultos mayores antes de que empiecen a perder la memoria.
“La combinación de amiloide y 'tau' es el dúo tóxico”, pronostica la doctora Reisa Sperling, de la Facultad de Medicina de Harvard, quien dirige el estudio llamado A4. “Verlo en la vida real es algo notable”.
El A4 —que significa Tratamiento Anti-Amiloide en Alzheimer Asintomático— busca atraer a un millar de personas mayores sanas como Judith Chase Gilbert, de 77 años. Esta empleada pública recientemente jubilada conserva toda su lucidez, pero el estudio indicó una acumulación de amiloide que podría ser un factor de riesgo. La semana pasada se sometió a una tomografía por emisión de positrones (PET por sus iniciales en inglés) para que estudiaran su cerebro en busca de la presencia de 'tau'. “Sabemos que el 'tau' aparece en escena en algún momento, pero no sabemos cuándo. No sabemos cuándo se produce esa interacción. Deberíamos saberlo”, dijo María Carrillo, la jefa científica de la Asociación Alzheimer, que hace campaña para que se agregue el escaneo por tau a las investigaciones.
Más de 35 millones de personas en el mundo padecen alzheimer u otras formas similares de demencia. Se prevé que las cifras aumentarán a medida que la generación de la posguerra llegue a la vejez. No hay un tratamiento eficaz. Los medicamentos existentes alivian temporalmente los síntomas y las nuevas drogas, que apuntan al amiloide, han fracasado.

Científicos chilenos desarrollan fármaco natural contra el alzheimer Mezcla de dos extractos vegetales y un ácido graso omega podría prevenir y retrasar su aparición.


Ahora, un extracto de esta planta, junto a un ácido graso omega y otro extracto vegetal, serán parte de una triada natural con la que científicos chilenos esperan retrasar y combatir el alzheimer, una enfermedad degenerativa que ya se ha convertido en la cuarta causa de muerte en el mundo. 

En India y Sri Lanka crece una planta que es parte de la medicina tradicional ayurveda y que hace cientos de años es muy utilizada por sus propiedades antibióticas y astringentes: la Andrographis paniculata.

Nibaldo Inestrosa, Premio Nacional de Ciencias Naturales (2008) y director del Centro de Envejecimiento y Regeneración (CARE Chile UC), es quien lidera esta investigación.

“Descubrimos que un producto natural extraído de una planta que se usa en la India, específicamente en la medicina ayurvédica, es muy efectiva controlando la enfermedad de alzheimer. Su nombre es Andrografolído (andro), y funciona como un activador de la vía de señalización Wnt, que protege a la neurona”, explica.

Esta vía de señalización o de comunicación intracelular se ve interrumpida en los pacientes con alzheimer. Si se logra reestablecer, se podría prevenir las lesiones neuronales y recuperar la comunicación entre las neuronas. “Nuestras investigaciones han detectado una baja de esta vía Wnt cuando una persona padece alzheimer”, asevera Inestrosa y agrega: “Si somos capaces de activarla y aumentar esta vía de señales, podremos detener el avance de esta enfermedad”. 

Los estudios de laboratorio ya están listos y el compuesto ha demostrado ser efectivo. Ahora falta realizar los estudios clínicos en pacientes. Para eso, señala Inestrosa, es necesario asociarse con instituciones extranjeras. “Debido a la Ley de los Derechos y Deberes del Paciente que impide realizar estudios en pacientes con déficit cognitivo”, el estudio clínico se tiene que realizar en otro país. Inestrosa adelantó que la empresa chilena que es parte de esta investigación ya está en contacto con pares en Ginebra (Suiza) para realizar los ensayos clínicos en Singapur o India.

La hiperforina, uno de los componentes de la hierba de San Juan, también era parte de los estudios de Inestrosa y su equipo pero no han concretado los ensayos clínicos ya que la patente de este compuesto es italiana y está licenciada, por lo que cualquier avance que lograran en esta área, no les pertenecería. 

Se estima que en todo el mundo, 18 millones de personas padecen alzheimer. En Chile, el 4% de los mayores de 60 años y el 45% de los mayores de 85, tienen el mal y actualmente es la quinta causa de fallecimiento. Esta enfermedad genera pérdida progresiva de la memoria y otras sus capacidades mentales, además de cambios en el comportamiento.

Según cifras del Ministerio de Salud, en 2010 fallecieron 3.707 personas por demencia y alzheimer en Chile. 

Otros males

Son varias las enfermedades neurodegenerativas que tienen un origen común según Inestrosa: alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad de Huntington y Parkinson.

“Todas las enfermedades neurodegenerativas aparentemente tienen el mismo origen, sólo que ocurren en neuronas ubicadas en distintas zonas. De esta manera, dependiendo del área afectada, cambia cómo se presenta la enfermedad. Así, por ejemplo, si es afectada la neurona de la médula espinal se puede padecer ELA, pero si ocurre en el hipocampo se padece alzheimer”, indica el Premio Nacional de Ciencias Naturales.

Lo importante para prevenir este tipo de enfermedades, insiste, es la posibilidad de proteger o producir nuevas neuronas. “Este último es un proceso llamado neurogénesis, mediante el cual se generan nuevas neuronas en el sector del cerebro que domina el sistema olfativo y el hipocampo y su activación podría ser importante para detener la enfermedad”, dice.