miércoles, 18 de junio de 2014

Nueva investigación del alzheimer mediante el estudio de las lágrimas





Una lágrima para diagnosticar el alzhéimer, aunque pueda parecer algo poético, la Unidad de Investigación Proyecto Alzhéimer de la Fundación Reina Sofía, gestionada por la Fundación Centro de Investigación en Enfermedades Neurológicas (Fundación Cien) desarrollará en León un proyecto de investigación que pretende localizar en la lágrima un biomarcador, a través de la presencia de la proteína Tau, que permita diagnosticar la enfermedad degenerativa «antes y mejor», como explicó el director del Banco de Tejidos de la Fundación Reina Sofía-Fundación Cien, Alberto Rábano.
Un momento de la presentación del proyecto de investigación, ayer en el Centro Alzhéimer León - RAMIRO
Centro Alzheimer León
La muestra sobre la que trabajarán los investigadores serán un grupo de 99 leoneses, que tendrán tres perfiles: pacientes con deterioro cognitivo ligero, con alzhéimer en estado leve y un grupo de control de sujetos sanos. Rábano apuntó que se había seleccionado el centro de Alzhéimer León por «cuestiones organizativas» y por cómo están estudiados los pacientes. El primer paso de este proyecto de investigación será la selección de la muestra, que llevará tiempo «ante la variabilidad de los sistemas y las capacidades de los enfermos» y después se hará un estudio que alargará el proceso «unos pocos meses».

El director del proyecto de investigación, Alberto Rábano, ha explicado en rueda de prensa en León, que se trata de hallar la proteína TAU, que es ‘muy abundante’ en el sistema nervioso y que está relacionada con el ‘envejecimiento cerebral", y que sirve como un "biomarcador’ de la enfermedad.


La hipótesis con la que trabaja el proyecto parte de la base de que la lágrima está relacionada con el sistema nervioso parasimpático, con la producción y composición de proteínas, entre ellas la proteína Tau, que se ha medido recurrentemente en el fluido de pacientes con alzhéimer, y que en sujetos afectados podría presentarse en niveles medibles y cuantificables, convirtiéndose así en un biomarcador de la enfermedad.


De esta forma se permitiría evitar otros métodos más agresivos para el análisis de esta proteína, como las punciones lumbares para extraer líquido encefaloraquídeo, que presenta ‘riesgos’, aunque es un método común en las investigaciones de los países del norte de Europa.

Según ha explicado Rábano, la investigación parte de la hipótesis de que en las lágrimas se puede realizar el estudio de esa proteína, para compararla entre personas en estados menos avanzados en patologías demenciales con otros en estados intermedios y los que se hallen en una situación más extrema.


No hay comentarios:

Publicar un comentario