martes, 6 de mayo de 2014

¿Qué puede hacer usted ahora para reforzar sus posibilidades contra el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en el futuro?


Aunque en la actualidad no hay cura para esta enfermedad, hay investigaciones prometedoras que sugieren que simples “cambios de estilo de vida saludables del cerebro” pueden tener un impacto importante en la prevención de la enfermedad"  “Está claro que la salud de su cerebro y la salud de su cuerpo están conectados”, dice Dharma Singh Khalsa, MD, Presidente y Director Médico de la Fundación de Investigación y Prevención de Alzheimer. ¿Qué puede hacer usted ahora para reforzar sus posibilidades contra el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en el futuro? Aquí encontrará 6 hábitos ‘sanos del cerebro” que le  pueden ayudar a evitar la enfermedad.
  • Haga ejercicio con regularidad. Los investigadores están poniendo mucha atención a cómo la dieta y el ejercicio pueden afectar las posibilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.  Un estudio en el 2011 reveló que sólo en los Estados Unidos, los factores específicos de riesgo, como la inactividad física y la obesidad de la mediana edad se asociaron con más de la mitad de los casos diagnosticados de Alzheimer. Trate de hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio aeróbico (como caminar, nadar, jardinería, etc.) cinco veces a la semana. También debe incorporar algunos ejercicios de fuerza. Niveles moderados de peso y entrenamiento de resistencia le ayudará a mantener la salud del cerebro.  Para los mayores de 65 años, añadiendo 2-3 sesiones de entrenamiento de fuerza en su rutina semanal puede cortar a la mitad su riesgo de enfermedad de Alzheimer.
  • Tener una dieta saludable para el corazón.  Hay fuerte evidencia que relaciona la salud del corazón y la salud del cerebro –y esos puntos de conexión específicamente son a las dietas saludables para el corazón como la dieta mediterránea y sus atributos para proteger al cerebro. Consuma una dieta saludable rica en granos enteros, nueces, pescado y baja en grasas saturadas.  “El corazón bombea la sangre al cerebro y el cerebro – aunque sólo pesa 3 libras, recibe el 25 por ciento del gasto cardíaco”, explica la Dra. Khalsa.  “Es por eso que es bien conocido que las medidas de estilo de vida que trabajan para construir un mejor corazón también mantienen el cerebro en forma.”
  • Estimular su mente. La investigación ha encontrado que mantener su cerebro activo parece aumentar su vitalidad.  La estimulación mental para toda la vida puede construir sus reservas de células cerebrales e incluso generar nuevas células.  Las personas con mayores niveles de educación parecen estar un tanto protegidos contra la enfermedad de Alzheimer, posiblemente porque las células cerebrales y sus conexiones son más fuertes.  Mantenga su cerebro activo todos los días haciendo crucigramas y juegos de números como el Sudoku.  Comprometerse durante toda la vida con el aprendizaje permanente mediante la lectura y la escritura, la inscripción en un curso y asistir a conferencias y obras de teatro. Hacer ejercicios de memoria también es beneficioso.
  • Dormir adecuadamente. Es necesario atenerse a un horario de sueño regular (por lo menos 8 horas por noche) para asegurarse de que su cerebro está funcionando en su mejor momento.  Un sueño profundo es imprescindible para la formación de la memoria y la retención, por lo que si usted está privándose a sí mismo de conciliar el sueño, usted puede estar en mayor riesgo de desarrollar síntomas de Alzheimer. Cree una rutina relajante para dormir (como tomar un baño caliente o hacer algunos estiramientos suaves) y establecer el estado de ánimo para el sueño (por ejemplo, apagar la televisión y apagar las computadoras y teléfonos celulares). Si no duerme lo suficiente, la siesta siempre ayuda. Recargue la batería mediante una siesta por no más de 30 minutos en la tarde.
  • Control efectivo del estrés. Mucha tensión puede hacer daño en el cerebro y conducir a la contracción en un área de memoria clave conocida como el hipocampo. Esto puede afectar el crecimiento de las células nerviosas y aumentar el riesgo de la enfermedad de Alzheimer y la demencia.  Aprenda a minimizar el estrés al hacer como prioridad la relajación. Practique la respiración de restauración que elevará los niveles de oxígeno en el cerebro, salir a caminar en el parque, jugar con su mascota, hacer yoga, meditar, tomar un baño relajante con todo lo necesario para que se sienta menos estresado.
  • Mantener una vida social activa. Además de la dieta y el ejercicio, las relaciones sociales parecen jugar un papel importante en el riesgo de enfermedad de Alzheimer. La investigación sugiere que las personas que mantienen fuertes conexiones son más capaces de lidiar con el estrés lo cual mejora la función cognitiva.  El enlace es a la vez práctico y profundo, según la Dra. Khalsa. “Desde un punto de vista práctico, la interacción social mantiene pensando a la persona y esto ayuda a reducir el estrés, que es malo para el cerebro – y neutraliza la depresión, dice. ”Más allá de eso, en muchos casos, la socialización ayuda a una persona a desarrollar su bienestar espiritual el cual los lleva a un nivel más alto de la función cerebral. “Socialice a través de teléfono, correos electrónicos y las redes sociales y participar en actividades de grupo (por ejemplo, oportunidades de una clase de gimnasia o curso universitario de la comunidad) y participar como voluntario.                                                      En resumen cuanto más mejore su condición física, la salud mental y las relaciones sociales, más saludable será su cerebro!

Identifican una nueva variante atípica de alzhéimer. Los investigadores aseguran que este subtipo es mal diagnosticado

Neurocientíficos de la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, han encontrado un subtipo de la enfermedad de Alzheimer que dicen no es ni reconocido ni tratado adecuadamente.

Esta variante de alzhéimer no afecta el hipocampo y conformó el 11% de los 1.821 cerebros confirmados con la enfermedad y examinados por investigadores, lo que sugiere que este subtipo está relativamente extendido en la población.



La Asociación de Alzhéimer estima que 5,2 millones de estadounidenses viven con esta patología. Y con casi la mitad de los pacientes con la enfermedad que no afecta el hipocampo siendo mal diagnosticados, podría significar que más de 600.000 estadounidenses presentan esta variante.



Los científicos expresaron que este subtipo de la enfermedad que no afecta el hipocampo a menudo produce síntomas que son sustancialmente diferentes de la forma más comúnmente conocida de este mal.



Los pacientes, en su mayoría hombres, se ven afectados a una edad mucho menor y sus síntomas pueden incluir problemas de comportamiento, como arrebatos frecuentes de enojo, en ocasiones obscenos, sensación de que sus miembros no les pertenecen y que están controlados por una fuerza no identificada. También alteraciones visuales en ausencia de problemas en los ojos, según explican los investigadores.



Ellos también se deterioran a un ritmo mucho más rápido que los pacientes con la forma más común de alzhéimer.



"Muchas de estas personas tienen recuerdos que son cercanos a lo normal, por lo que los médicos, a menudo, les diagnostican erróneamente con una variedad de condiciones que no coinciden con la neuropatología subyacente", aclara la doctora Melissa Murray, autora principal del estudio.



"Lo trágico es que estos enfermos son comúnmente mal diagnosticados y tenemos nueva evidencia que sugiere que los fármacos que se encuentran actualmente en el mercado para el alzhéimer podrían funcionar mejor en ellos, posiblemente mejor que lo que funcionan en la forma común de la enfermedad", expresa Murray.

Los investigadores se benefician enormemente de uno de los mayores bancos de cerebros en el país (más de 6.500 donaciones de cerebros).

Las dos proteínas características de la enfermedad de Alzheimer , la beta-amiloide A y la proteína tau, se encuentran en todos los subtipos de la enfermedad, incluyendo la que no afecta el hipocampo. Pero en el nuevo subtipo, la proteína tau preferentemente daña y eventualmente destruye neuronas en las partes del cerebro relacionadas a la conducta, a la conciencia motora y a la comprensión, como también al uso del lenguaje y la visión.

Muchos de los enfermos son diagnosticados con demencia frontotemporal, un trastorno caracterizado por cambios en la personalidad y en el comportamiento social, o con síndrome corticobasal, determinado por trastornos del movimiento y disfunción cognitiva. La disfunción del lenguaje es también más común en la enfermedad de Alzheimer que no afecta el hipocampo, aunque los afectados no tengan déficits vocales o auditivos. Murray manifiesta su esperanza en que esta investigación, el segundo estudio de alto perfil de la Clínica Mayo para informar acerca de la variante de la enfermedad de Alzheimer que no afecta el hipocampo, "abra la mente" de los médicos que están tratando de diagnosticar la demencia, ayudándoles a entender que la pérdida de memoria no está presente en todos los casos con EA. "Nuestros estudios apoyan la idea de que la demencia relacionada con la EA no equivale necesariamente a una pérdida de memoria, y señala la necesidad de más investigación en biomarcadores de imagen de amiloide y tau, para ayudar a los médicos a diagnosticar con precisión la EA, independientemente del subtipo", concluye.